Hubiera querido vivir.
Hubiera querido ser capaz de sentir de verdad, amar hasta no poder soportarlo, estremecerse en las cosas pequeñas, aferrarse a los instantes, gritar de placer y miedo, despertar, conmoverse ante lo inútil de la belleza, sufrir el dolor del mundo y el tic-tac de los relojes, morir, dejar que el deseo la alcanzase como un rayo, prender, abrasarse, estallar con el vacío y consumirse hasta quedar reducida a un montoncito de cenizas antes de que llegue el viento. Después, ser nada. Y entonces, sólo entonces, creer.
Estoy de tour de los blogs de los compis -curioseando en este tiempo ocioso mío-, y me encanta como escribes.
ResponderEliminar¡Ánimo -aunque no lo necesitas- compañera!
Me apunto al tour de blogs de compis de Susana!!
ResponderEliminarYeah, molas escribiendo. Lo sabía de antes de conocerte universitariamente =)
(Yo tampoco creo en Parla).